Uno de los más graves problemas ambientales que se presenta en áreas rurales es la desertización, fenómeno de degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas.
Las causas son el sobrecultivo y la deforestación, que derivan en agotamiento y erosión del suelo. Se le quita a la tierra su cobertura vegetal y todo ello impacta en forma negativa causando inundaciones, salinización del suelo, deterioro de la calidad del agua y obstrucción de ríos, corrientes y reservorios con sedimentos.
La búsqueda de máximos beneficios a corto plazo de la agricultura intensiva se ha convertido en la principal causa de degradación de los suelos y el agua y, por tanto, de los procesos de desertización.
Más del 30% de la superficie del Planeta lo constituyen áreas susceptibles a la desertización. En ellas viven en torno a mil millones de personas, que en menos de unas décadas será muy difícil alimentar a la creciente población. Los más perjudicados son los países de África, de algunas zonas de Asia del este y del sur, y de Sudamérica.
Es imprescindible realizar las siguientes acciones, tanto para la prevención en áreas susceptibles como para la recuperación en áreas degradadas:
• Mejorar las condiciones sociales, culturales y económicas.
• Prevenir el avance de la erosión y el deterioro de la vegetación.
• Utilizar sistemas de riego que eviten los peligros de sedimentación y salinización.
• Desarrollar variedades de vegetales resistentes a la sequía.
• Mejorar los pronósticos de sequía a largo plazo y sistemas de alerta temprana.
• Conservar los bosques nativos y reforestar
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